Rostros emblemáticos. Luis Lares y sus Hombres de carbón

Por Susana Benko.
La obra de Luis Lares, fotógrafo y cineasta, es inolvidable. Tuve oportunidad de apreciarla en tres exposiciones individuales: Hombres de carbón en el Museo de Bellas Artes de Caracas en 1993; Evidencias 1975-1998 en la Sala Trasnocho Arte Contacto en 2006 y Permeables en la galería GBG Arts en 2021.
La muestra en el Museo de Bellas Artes estuvo dedicada al ensayo fotográfico que dio nombre a la exposición: Hombres de carbón, que, a su vez, forma parte de un gran cuerpo de trabajo que contempla, asimismo, otras series como: La sensualidad de la industria, Industria de Guayana y Matanzas, zona industrial. Pocos fotógrafos han registrado el tema de la industria con tal poesía y humanidad. También centró su atención en otros ejes temáticos, tales como: la ciudad y la arquitectura, en las que las imágenes presentan el atractivo de la atmósfera; el hombre en su contexto y circunstancia, tema que desarrolló tanto en Londres como en Guayana, cada uno con su humanidad específica, y, por último, el retrato. En todos, la mirada crítica del fotógrafo está presente. Es él quien devela la situación real que viven los hombres que retrata: sea en su contexto urbano contemporáneo; sea inmerso entre tubos, en la “ciudad metálica” de la industria, o bien, esos hombres de carbón, cuyas vidas se extinguen prematuramente inhalando “las impurezas del acero líquido”, y desgastando su piel por el excesivo calor trabajando en el subsuelo.
Desde que Lares se residenció en Ciudad Guayana en 1982, pudo evidenciar el enorme contraste entre una ciudad pujante en el sureste del país, debido a su riqueza minera y desarrollo industrial, y, por otro lado, la cruda realidad de los mineros, de esos Hombres de carbón. La alta tecnología suele distraer nuestra atención y, en efecto, pocos se percatan que abajo, en un mundo de oscuridades, se encuentran unos hombres produciendo esa riqueza arriesgando sus vidas.
El registro y encuentro con estos personajes conforman este conjunto de retratos terriblemente conmovedores. Cada rostro resalta en su humanidad y en ellos se descifran cargas psicológicas de gran complejidad. En muchos, se retrata el rostro de la desesperanza, en otros el de la ira contenida, en algunos más jóvenes todavía es visible su despreocupación. Todos ellos conviviendo en una "ciudad metálica", como Lares la denominaba; retratos que delatan la realidad de ese submundo en el que se aprecia "la huella del agónico pasar de las horas".
Las 52 fotografías que conformaron la exposición Hombres de carbón son, sin duda, una importante referencia en la fotografía documental venezolana. Cada imagen era trabajada con poca luz, apenas la existente dentro de las minas, y de esta manera, dejaba al descubierto los ricos matices de la oscuridad. Se trata de una fotografía directa, sin alteraciones de la realidad, modo como Luis Lares lograba expresar belleza y conmoción.
